Zona de confort - anónimo
Una vez...un hombre decide ocupar sus vacaciones para ir a un país lejano a conocer a un famoso sabio. Al llegar, preguntó dónde estaba el sabio, y mientras cruzaba una plaza rumbo al sitio que le habían indicado, escuchó los llantos de un perro detrás de una arboleda. A pesar de eso, el hombre, no detuvo su marcha y se alejo rápidamente. La siguiente mañana, al atravesar nuevamente la plaza los llantos de un perro llegaron a sus oídos. Por lo que decidió no continuar su camino. Más al otro día y llegando a la plaza decidió que debía cumplir su propósito y fue a ver qué es lo que estaba pasando detrás de esa arboleda desde donde provenían los llantos de ese pobre perro.
Cuando terminó de rodear los arboles que le quedaba se encontró sorprendido ante un anciano sentado, rodeado de gente y a su lado un perro que acostado en el suelo continuaba aullando de dolor. ¡Era el sabio al que quería conocer! El hombre no podía entender por qué dejaba llorar así a su perro. Ya frente al anciano, el hombre le preguntó : ¿Por qué su perro aulla de dolor?...A lo que el anciano con toda naturalidad contestó No es mi perro.
El turista, confundido le preguntó si sabía por qué lloraba el perro, y el sabio le respondió: Aulla de dolor, este perro, porque esta sentado sobre un clavo. Nuevamente sorprendido el hombre y sin dejar de mirar como se retorcía por el dolor el perro, volvió a preguntar...¿Y por qué no se muever? Esta vez el anciano levantó sus ojos y mirándole con un gesto de paciencia, le dijo : Es que se ve no le duele lo suficiente para levantarse.