Unicidad
Había un maestro sufi muy poderoso en una zona de la India, pero pocos se atrevían a visitarlo, a causa de su mascota, que era un león.
Es decir, que para visitarlo, uno debía aceptar convivir veinticuatro horas con un león, literalmente hablando.
Se sentaba a los pies del maestro, el maestro lo acariciaba, parecía como un gatito a los pies de su dueño.
Para quien conoce su unidad, ningún animal salvaje es una amenaza.
Y para sus discípulos, era un mensaje, porque estar frente a un león, implica entregarse.
Uno no puede pretender pelear cuando enfrente tiene un león.
Uno sólo podría intentar escapar.
Entonces el maestro decía “-¡Escapa si puedes!
Pero ¿Hasta cuándo vas a seguir escapando?
Quédate tranquilo, mi león no te perseguirá pero ¿Estás escapando realmente del león o estás escapando de ti mismo?”
El discípulo es una apariencia del único Ser, el maestro es una apariencia del único Ser, el león es otra apariencia del único Ser, que sueña esta vida, este universo, donde sólo hay Ser.